¡¿Mama, qué horas son?!

TRAS LA VENTANA, ESTÁ MI VIDA

 

Texto y fotografías: Omar Ulises Hernández Sánchez

Fotógrafo de la Compañía de danza Sentimiento Cimarrón


En nuestro largo viaje a la aventura lo primero que nos acompaña es una ventana. Partimos de nuestras raíces al iniciar un largo viaje por la vida, sin saber qué nos encontraríamos, nunca olvidaremos que por una ventana vimos por última vez desde el aire nuestra tierra, nuestro mundo, y nunca se nos olvidará que volamos tan alto que nuestra ansiedad tocó el cielo. Vimos nuestra vida pasar por un segundo, revolotear sobre las nubes y despertar con un sol brillante. Ahí comenzaba nuestra historia, la de hoy, la real, la que nos convierte en héroes, sin hogar, sin familia, sin el calor del abrazo maternal.

Somos un conjunto de personas y mundos que caminamos por rumbos diferentes, por senderos llenos de obstáculos, que nos enseñan a apreciar la vida, pero por más que el día sea duro regresamos a casa; a nuestro refugio, a nuestra mente , a nuestro corazón , a nuestra soledad, ahí donde no hay cabida para el engaño, para las mentiras, donde la conciencia nos muestra nuestra realidad y nos enseña a luchar, solo tenemos que tocar la puerta, poner la casa en orden, sentarnos a pensar para levantarnos con decisión a buscar aire y luz ; así es que volvemos a abrir la ventana y miramos con tranquilidad lo que nos espera.

Mama que horas son
 

Tras la ventana ..!

Tras la ventana ..!Vemos un nuevo amanecer, con los rayos del sol acariciando nuestros hijos, que airosos inician nuevos retos,

Tras la ventana ..!alimentando nuestro futuro.

Tras la ventana ..!Tras la ventana…!

Tras la ventana ..!Observamos como nuestros sueños toman forma cuando ejercemos nuestra profesión, aunque queriendo y no queriendo, la desempeñamos con amor.

Tras la ventana ..!Tras la ventana...!

Tras la ventana ..!Llega el amor, acariciando nuestro cuerpo, incitando a la pasión, compartiendo vivencias, reservándola emoción.

Tras la ventana ..!El amor tiene muchos cuerpos y colores, se ama la vida, se ama el dolor ya que si crecimos fue porque él nos lo enseñó. En este largo viaje compartimos vivencias, pero ante todo compartimos espacios donde vemos que todos podemos abrir puertas y ventanas que nos llevan y nos dejan mirar cada día con ilusión.

 
 
 

Hay ventanas para cada casa según su estilo y construcción, pero siempre serán ventanas, como la vida misma; pero se trata en especial de saber abrirlas, hay que dejarlas seguras para que el aire no las golpee, ponernos cómodos y disfrutar del panorama.

Hace ya casi quince años se abrió para muchos una pequeña ventana que con timidez y humildad dejó entrar luz a nuestra casa, a nuestro mundo, una ventana que con el tiempo reformó la casa y decoró las estancias con una gran puerta dejando entrar la alegría y el calor. Hoy la casa se viste de gala con música y amor, con los sonidos de nuestra infancia, con las vibraciones del corazón; hoy nuestra casa es solo pasión, porque cuando nos vemos olvidamos las angustias y desazones del inicio de nuestra aventura.

 

Tras la ventana…!

Nos deleitamos mirando otros mundos, otras caras que serán parte de nuestra vida, de nuestro caminar, reímos, lloramos, disociamos, armonizamos, reñimos, jugamos, y nos amamos danzado. Abrir las ventanas y ver las caras de esta gran familia, puede que no estén todos pero también ellos inundan nuestro corazón.